jueves, 12 de junio de 2014

El soldado Asirio

¿Y si tuviéramos la facilidad de hacernos desaparecer de una escena cuando no estamos a gusto?. Sería tan simple como dar a la tecla de borrar de nuestro teclado y comenzar de otra manera….

 
 
El estilizado y valiente soldado asirio intentó desentumecer sus adormecidos músculos. Movió sus piernas y sus brazos y comprobó cómo crujía su cuello al girarlo a uno y otro lado. Sus largas y copiosas barbas no habían crecido desde entonces, al igual que la cascada de cabello trenzado que le nacía bajo el casco. Sus ropas estaban intactas pese a la dura batalla en la que había logrado hazañas increíbles, y sus regios brazos asían de nuevo el escudo y la lanza.
Avanzó paso al frente y observó. Pero no le gustó el mundo que tenía ante sí y volvió a introducirse en el inmortal bajorrelieve que se alzaba portentosamente en la pared del museo parisino.
 
Monte de Ánimas



 

2 comentarios:

  1. capadocia.45@hotmail.com13 de junio de 2014, 1:07

    Me gusta...... otra historia en la que surmergirse y soñar que eres el protagonista,

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  2. Me encantan. El arte asirio y el relato. Un saludo

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